viernes, 23 de junio de 2017

Palabras de agradecimiento del graduando Yasmin Velásquez Caicedo

Les compartimos el discurso leído por el graduando de la Maestría en Administración Yasmin Velásquez Caicedo, durante la reunión de graduandos de los programas académicos de posgrados, evento realizado el pasado 20 de junio de 2017.

Palabras de agradecimiento del graduando Yasmin Velásquez Caicedo



Graduando Yasmin Velázquez Caicedo.

Estimados compañeros, docentes, estudiantes y acompañantes, tengan todos muy buenas noches.

Les confieso que hace un par de semanas, recibí una llamada inesperada de la facultad, la primera sensación a pocos días del grado me llevó a pensar instantáneamente que algo había fallado:

¿Alguna nota faltante?, ¿algún pendiente por terminar?, ¿un paz y salvo que no aparece? o lo peor… ¿algún saldo económico en mi contra? … En fin.

Pero lo mejor de esa llamada fue cuando el profesor Azuero y su asistente Daniel, me consultaron si deseaba pronunciar unas palabras para esta noche. Una sensación agridulce me invadió, pero ¿por qué yo? -me pregunté. Tal vez fui elegido por simples coincidencias del destino, con seguridad los encargados del protocolo ya habían llamado a otros graduandos aquí presentes y ninguno se animó, fue la auto respuesta que me di y claro, por defecto, el discurso recayó en este servidor.

Desde luego, no tenía ni idea del qué decir, pero aun así no lo dude dos veces…con un sí a ciegas y sin pensar que un decoroso no, adornado con alguna excusa, también era viable, le dije al profe con un tono sobrador pero nervioso, que por supuesto.

Un minuto después sentí que el sí, había sido como un salto al vacío. La cuestión ahora es que la duda me embargaba y ahora ¿qué le diré a este selecto grupo de graduandos?

Graduandos del Programa Académico de la Maestría en Administración.
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Pues bien, este es el inicio de un momento muy esperado para quienes hace tres, cuatro, cinco y hasta más años, decidimos iniciar nuestra maestría o especialización, por cierto, la Universidad del Valle está posicionada como una de las mejores del país, de allí que sus posgrados sean prestigiosos en el ámbito nacional y reconocidos en el entorno internacional.

Pero nada ha sido gratuito, un posgrado de excelencia en un alma mater de calidad, exige esfuerzo, disciplina, entrega, dedicación. Sacrificios laborales y familiares.

Por supuesto, para ello los trasnochos hasta el amanecer se presentan a tutiplén, las jornadas de trabajo se alargan, los descansos se achican, los fines de semana recreativos desaparecen, las deudas aumentan exponencialmente e incluso los disgustos familiares sobrevienen por la excesiva pero necesaria dedicación a los complejos retos académicos que en busca del conocimiento y el aprendizaje los docentes requieren de los estudiantes.

La inercia de las actividades académicas es estresante, a veces da la impresión que las exigencias del profesorado avanzan por el elevador, mientras la capacidad de los estudiantes viene por la grada

Un día son los protocolos, al siguiente las relatorías, después las reseñas y enseguida los ensayos. Por supuesto, el soporte de cada evidencia contiene las interminables lecturas en profundidad, los talleres, ejercicios, trabajos integradores y exposiciones en cantidades industriales.

De modo que el esfuerzo ha sido intenso, tan es así que las estadísticas no mienten, pues gran cantidad de los aspirantes, declinan su sueño a mitad de camino. Un indicador más que dimensiona lo valioso del logro obtenido.

Diversos son los motivos que nos llevaron a iniciar las maestrías o especializaciones, tal vez un ascenso, un mejor empleo, un aumento salarial, un cargo de mayor nivel, adquirir conocimientos, exigencias de la empresa…todos muy válidos, pero siempre en la búsqueda de una diferencia competitiva que nos permita ampliar las posibilidades laborales en el exigente mundo empresarial.

De modo pues, que sea cual sea el motivo que impulsó nuestra elección, hoy podemos decir que al cabo de escasos cuatro días el sueño se habrá hecho realidad y será muy, pero muy meritorio.

Efectivamente fue muy duro, más no imposible. Aquí estamos ya relajados esperando la ceremonia final e incluso cuando miramos hacia atrás perdemos de vista cierta objetividad y tendemos a creer que la autopista del conocimiento recorrida ya estaba pavimentada: ¡pues no!, ¡mamola!. Todo el camino hasta el último instante cuando sustentamos nuestra investigación o trabajo de grado, incluyendo la angustiosa expectativa del veredicto final, el camino estuvo lleno de incertidumbre y sorpresas.

Lo anterior significa que con mayor gusto y agrado, compartimos en esta noche, nuestras vivencias, experiencias y anécdotas: es un verdadero logro.

En realidad somos afortunados por la oportunidad de educarnos a un nivel de maestros y de especialistas, además somos bendecidos por haber recibido las enseñanzas de los docentes de la Universidad del Valle, una verdadera nómina de lujo, todos ellos sin excepción con sobrada experiencia y trayectorias impecables y aun cuando resulta injusto nombrar solo a algunos de ellos, no está por demás hacerlo, pues de alguna forma son como la columna vertebral de algunos de los programas:

Luis Aurelio Ordoñez quien con su cátedra de la historia empresarial nos aterrizó en el contexto de lo que en realidad estábamos estudiando.

Andrés Ramiro Azuero, Javier Medina, Benjamín Betancourt, Rubén Darío Echeverry, Juan Carlos Otálora, Mónica Garcia y Jorge Enrique Arias entre otros, que colocan en práctica las técnicas específicas de cada posgrado y el devenir cambiante de la economía del país.

Sandra Cristina Riascos Erazo quien en el tercer semestre con la fatigante elaboración del estado del arte y el marco teórico, nos deja con los nervios de punta colocando el acelerador a fondo para que presentemos nuestro embrión de trabajo de grado.

Desde luego, los cursos electivos con una variada oferta para todos los intereses y las ponencias de los profesores William Rojas, Miriam Escobar, y especialmente Fernando Cruz Kronfly que con el marcado e insistente enfoque hacia la gestión humana nos dejan muy en claro que el pensum académico que nos ha entregado la facultad constituye un cóctel perfecto para verdaderos maestros y especialistas graduados en la Universidad del Valle. 

Graduandos del Programa Académico de la Maestría en Administración.

Ni más faltaba, reconocimientos especiales a nuestros directores y evaluadores del trabajo de investigación, el compromiso de ellos fue vital para llegar a la cima.

Sea esta la oportunidad para rendir un homenaje póstumo a nuestro compañero de la cohorte 2014, Jorge Alberto Muñoz, fallecido recientemente.

A todos y todas, muchos éxitos en el ejercicio del título que la academia nos entrega.

¡Que Dios nos bendiga!

Yasmin Velásquez Caicedo.
Graduando de la Maestría en Administración de la Universidad del Valle, 
Santiago de Cali, junio 20 de 2017.


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